Un testamento es un documento legal que expresa la voluntad de una persona sobre el destino de sus bienes y derechos después de su fallecimiento. Sin embargo, en algunos casos, puede haber personas que no estén de acuerdo con el contenido del testamento o que consideren que éste no se ajusta a la ley. En estas situaciones, existe la posibilidad de impugnar el testamento, es decir, de solicitar judicialmente su invalidez o su modificación. Para ello, es imprescindible seguir el procedimiento que le explicamos desde Solórzano & de Avilés, sus abogados en A Coruña.
Requisitos de impugnación de un testamento
Para impugnar un testamento, es necesario cumplir con una serie de requisitos y seguir un procedimiento establecido por la ley. Además, hay que tener en cuenta que no se puede impugnar un testamento por cualquier motivo, sino que hay que alegar alguna de las causas legales que contempla el Código Civil. Estas causas pueden ser de dos tipos: formales o sustanciales.
Causas formales para impugnar un testamento
Las causas formales son aquellas que se refieren al incumplimiento de las normas que regulan la forma y el modo de otorgar el testamento. Por ejemplo, si el testamento no está firmado por el testador o por dos testigos, si no se respeta el orden de sucesión legal, si se hace en un idioma que el testador no entiende, etc. Estos son motivos que pueden afectar a la validez de todo el testamento o solo a alguna de sus disposiciones.
Causas sustanciales de impugnación
Por otro lado, las causas sustanciales son aquellas que se refieren al contenido del testamento y a la capacidad del testador. Por ejemplo, si el testador estaba incapacitado mentalmente cuando hizo el testamento, si fue coaccionado o engañado para hacerlo, si omitió o desheredó injustamente a alguno de sus herederos forzosos, etc. Igual que en el caso anterior, las sustanciales son causas de impugnación completa o de solo una parte. Eso lo debe determinar un juez.
Procedimiento para impugnar un testamento
Para impugnar un testamento, es necesario presentar una demanda ante el juzgado competente, acompañada de los documentos que acrediten la legitimación del demandante y las pruebas que sustenten las causas de impugnación. El plazo para impugnar un testamento varía según el tipo de testamento y la causa que le lleve a realizar esta petición, pero en general es de cuatro años desde que se tiene conocimiento del testamento y de su contenido.
La impugnación de un testamento es un proceso complejo y delicado, que puede tener consecuencias jurídicas y económicas importantes para las partes implicadas. Por eso, desde Solórzano & de Avilés recomendamos siempre estar bien asesorados por un abogado especialista en derecho sucesorio. Si es su caso y necesita representación para impugnar un testamento en A Coruña, puede contar con nuestros abogados: llámenos y nos ocuparemos del caso.