Cuando se habla de Compliance, lo normal es que uno piense en una gran corporación con un gran volumen de empleados y de clientes. Sin embargo, tal y como se encuentran las actuales perspectivas del Derecho europeo y su influencia sobre el derecho español, contar con un Programa de Cumplimiento normativo se antoja como una necesidad principal a la hora de subsistir en el mercado. Tejer una buena cultura de cumplimiento será un activo esencial en el futuro más cercano de la vida empresarial.
Ello es así debido a que si las empresas acreditan que poseen un Programa de Cumplimiento normativo eficaz, podrán llegar a exonerarse de las responsabilidades que puedan surgir a causa de la actividad de la compañía, incluso, desde el punto de vista penal. También podrá exonerarse a la empresa de la responsabilidad, cuando son responsables directos los empleados o los administradores de la sociedad.
No obstante, este escenario de ventaja organizativa no es la única razón por la que una empresa debe incorporar, a corto plazo, un buen Programa de Compliance, sea del tamaño que sea. Existen múltiples razones añadidas, desde el ámbito de la ética empresarial, pasando por las ventajas competitivas en el mercado.
Así, a continuación exponemos cinco razones por las que una empresa que quiera mantener su competitividad dentro del mercado debe contar con un Programa de Compliance:
- Posibilidad de evitar responsabilidades y penas del Código Penal, en especial las económicas.
- Supone una enorme ventaja competitiva y facilita la contratación o colaboración con cualquier empresa o multinacional.
- Mejora extraordinariamente la imagen corporativa así como la reputación empresarial, lo que sitúa la sociedad o empresa en una situación ventajosa a nivel comercial.
- Supone una gran tranquilidad y seguridad para el propietario y los administradores de la empresa.
- Además, se promueve la cultura de cumplimiento y la ética en el ámbito empresarial, motivando al resto de empresas a reforzar su cumplimiento.
Si todo ello no le acaba de convencer, piense en qué ocurriría si se materializase, por desgracia, alguno de los riesgos del desarrollo de una actividad, a los que inevitablemente esta expuesta la empresa, y que ponen en peligro su integridad legal o financiera. Al final, la reflexión última será siempre la misma: si considera el cumplimiento normativo como un instrumento de alto coste logístico para una sociedad y decide no implementarlo en la misma, la expondrá sin protección alguna a todos los daños que pueda sufrir durante su actividad normal.